Dos secretarios en peligro

Ambas formaciones han fijado en la persona de los secretarios generales un enfrentamiento que se iniciaba con un Partido Popular instando a una rápida solución por parte del PSOE de su problemática interna provocada por la incomparecencia de Eduardo Tamayo y Teresa Sáez en la votación del Hemiciclo vallecano. Los socialistas, por su parte, han despejado las posibles derivaciones políticas y responsabilidades de esta crisis relacionando al mismísimo secretario general de los populares madrileños con la supuesta trama inmobiliaria que rodea la "fuga" de ambos diputados. El secretario general del PP madrileño, mano derecha de Rodrigo Rato, concita así, una vez más, las investigaciones del PSOE. Nada nuevo, por otra parte, ya que la trayectoria del ex alcalde majariego es seguida desde hace años con particular interés por el Partido Socialista, que en más de una ocasión ha amenazado con tirar de la "manta" cuando los populares ponían en tela de juicio la gestión de algunos de sus popes municipales. Tira y afloja que por regla general ha terminado en tablas y con un acuerdo soto voce de no inmiscuirse en las acciones de uno y otro.
Los prolegómenos de este enfrentamiento pueden buscarse en los inicios de la ahora finalizada legislatura, que presagiaban ya las fuertes tensiones que a lo largo de estos últimos cuatro años iban a marcar las relaciones entre ambos partidos. Un periodo en el que se ha dejado entrever en más de una ocasión que unos y otros eran poseedores de jugosos dossieres.
La espoleta de este mano a mano político fue el "levantamiento" del PP de Fuenlabrada contra al gobierno del veterano regidor socialista José Quintana, que provocó que el PSOE insinuará su conocimiento sobre las posibles irregularidades de algunos regidores del PP, entre ellas las del entonces alcalde de Majadahonda y miembro de la ejecutiva popular, Ricardo Romero de Tejada, mientras que en tan ardorosa refriega los populares blandían argumentaciones semejantes respecto a los alcaldes de signo socialista. Un terreno resbaladizo que finalmente hizo que las direcciones regionales de ambas formaciones prefirieran echar tierra al asunto y aparcar, en la mayoría de los casos, las denuncias que amenazaban con realizar ante la Fiscalía y las intervenciones de la Cámara de Cuentas en las haciendas municipales, que tan sólo se han hecho tangibles en el Ayuntamiento capitalino y algo más diluidas en los consistorios de Pozuelo, Pinto, Fuenlabrada, Algete o Aranjuez. Maniobras, las del PP, capitaneadas muchas de ellas por Romero de Tejada, lo que le ha hecho acreedor de la inquina de los socialistas y de una parte del PP en su calidad de negociador y artífice de plasmar en los municipios las directrices de Rato en Madrid.
La querella interpuesta por el PSOE contra el secretario general del PP madrileño supone mover directamente la silla al vicepresidente económico del Gobierno, único aspirante confeso a la sucesión de Aznar, favoreciendo el camino a otro candidato, en este caso tapado, como es Alberto Ruiz-Gallardón.